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¿Dónde conservar mejor las fresas? Frutero vs refrigerador: la guía definitiva

Las fresas tienen un gran enemigo: el tiempo. Su alto contenido de agua y su textura frágil las convierte en una fruta muy perecedera

¿Dónde conservar mejor las fresas? Frutero vs refrigerador: la guía definitiva

¿Te imaginas que una fresa tenga más en común con una rosa que con otras frutas? Aunque suene sorprendente, es cierto. Las fresas forman parte de la familia de las rosáceas, el mismo grupo botánico que alberga a las rosas ornamentales. Esta familia incluye también frutas que probablemente tienes en casa: manzanas, cerezas, frambuesas, entre otras.

Desde un punto de vista botánico, lo que conocemos como fresa corresponde a varias especies del género Fragaria. Se trata de plantas de porte rastrero que producen frutos de forma cónica o redondeada, coronados por pequeños sépalos verdes. Su color rojo vibrante y su aroma inconfundible las hacen irresistibles, pero también delicadas. Y sí, su sabor puede ir desde un toque ácido hasta una dulzura intensa, dependiendo de la variedad.

¿Cómo evitar que tus fresas se arruinen en tiempo récord?

Las fresas tienen un gran enemigo: el tiempo. Su alto contenido de agua y su textura frágil las convierte en una fruta muy perecedera, vulnerable al moho y al deterioro físico. Si alguna vez compraste fresas y al poco tiempo encontraste algunas echadas a perder, sabes bien de lo que hablamos. Además, no son precisamente baratas, por lo que perderlas duele al bolsillo.

La clave no está solo en dónde guardarlas, sino en cómo tratarlas antes de refrigerarlas. El primer paso es desinfectarlas. Puedes sumergirlas unos minutos en una mezcla de agua con vinagre blanco o con una gota de cloro apto para alimentos. Este paso no solo limpia la superficie, sino que elimina microorganismos que aceleran su descomposición.

Una vez desinfectadas, debes secarlas completamente. La humedad es el caldo de cultivo perfecto para el moho, así que no escatimes en este paso. Luego, colócalas en un recipiente hermético o, mejor aún, en uno con capacidad de sellado al vacío. Coloca una servilleta dentro del recipiente para absorber cualquier exceso de humedad y evita amontonarlas. Y no olvides revisar el estado de las fresas cada cierto tiempo: ni siquiera el mejor método de conservación las hace eternas.

¿Por qué sellarlas al vacío hace una gran diferencia?

El envasado al vacío no es solo para chefs profesionales. Esta técnica permite eliminar el aire del recipiente donde guardas tus alimentos, lo que reduce drásticamente el deterioro. Al privar a las bacterias y hongos del oxígeno que necesitan para multiplicarse, extiendes la vida útil de las fresas sin alterar su sabor o valor nutricional.

Además de evitar el desarrollo de microorganismos, el sellado al vacío ayuda a frenar la oxidación, ese proceso que oscurece y deteriora los alimentos con el paso del tiempo. También conserva mejor los antioxidantes naturales presentes en las fresas, lo que no solo preserva su sabor, sino también sus beneficios para la salud, indica Xataka.

En resumen: si quieres que tus fresas duren más tiempo frescas, no basta con meterlas en el refrigerador. Desinféctalas, sécalas bien y guárdalas con el menor contacto posible con el aire. Así, disfrutarás de esta fruta deliciosa por más tiempo… y sin desperdicios.

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